El día del libro fuimos a hacerles una visita a nuestros compañeros del cole más pequeños. No estaban los niños de 3 años, porque se habían ido de excursión, pero estuvimos con los de 4 y 5. Subimos al edificio de infantil. La actividad consistía en leerles un cuento. Había cuatro clases y cada persona iba con un niño de cada una de ellas. A mi me tocaron dos niños y dos niñas. Ellas eran muy buenas, pero los niños eran más trastes. Luego fuimos a una esquina y les leí el cuento. Todos estaban muy atentos y me preguntaban por todo. Al terminar de contárselo me pidieron que les leyera otro, y así lo hice.
Los demás grupos se empezaban a levantar y fueron a jugar. Nosotros nos unimos a ellos y estuvimos jugando en una sala. Los niños se quisieron quedar jugando allí y las niñas me enseñaron su cole. Fuimos a sus clases y me contaron todo lo que hacían en ellas, lo bien que se lo pasaban y lo buenas que eran sus profes. Al final me hicieron un dibujo, por cierto, muy bonito.
A todos los niños de mi clase les encantó. Fue una experiencia inolvidable.
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